diciembre 21, 2007


Discurso pronunciado por el Representante de Alternativa Socialdemócrata, Luciano Pascoe Rippey, con motivo del nombramiento del Presidente Provisional del Consejo General del IFE



Estamos hoy en esta sesión extraordinaria por una simple y sencilla razón: los partidos políticos tradicionales – PRI, PAN y PRD- no pudieron librarse de su propia trampa. Una trampa que ataba este proceso de renovación del Instituto a ellos mismos y cuyo buen fin dependía de que la clase política fuera generosa, constructiva y de altas miras.
Explicamos, una y otra vez, las virtudes de la reforma electoral –emanada del acuerdo y construimos todo un discurso que buscaba demostrar que, en estos nuevos tiempos, la clase política había -habíamos- empezado a construir acuerdos.
Vendimos una falacia. Le fallamos a la sociedad en esa expectativa, ninguno de esos propósitos de construcción y buena fe se cumplió y eso, damas y caballeros, tendrá su costo inevitablemente. Vendimos una falacia porque esos partidos, los de la decisión, no pudieron desprenderse de sus intereses, de sus dogmas y de su ambición. Estamos aquí porque la intransigencia tomó el lugar de la política y de la legalidad democrática.
No minimicemos los hechos; no tratemos de restarles trascendencia ni importancia. Esto es un desastre. No supongamos que esta fuga hacia adelante abre mejores perspectivas que un severo esfuerzo por cumplir con nuestros tiempos y nuestros acuerdos.
Los partidos políticos violamos tiempos que constitucionalmente nos habíamos dado e incumplimos con las pautas impuestas por nosotros mismos. Pero el daño no se reduce exclusivamente a una formalidad.
1. Este proceso se convirtió, en manos de aquellos que prefirieron actuar mediática en lugar de responsablemente, en una pasarela de insultos, denostaciones y maltrato público a todas y todos los que tuvieron la osadía de aspirar a un espacio en este
Consejo General.
Cuando la expectativa era un desfile de talentos, lo que imperó fue la antropofagia política, el canibalismo profesional. Los perfiles desaparecieron y llegaron las ‘investigaciones’, los ‘hallazgos’, la vasta mayoría distorsionados por el interés político.
Se hurgó en las vidas de los aspirantes con la suficiencia y la autoridad que da ser juez, olvidando la responsabilidad que conlleva la consolidación de una institución y no su simple allanamiento. Descalificaron por fobias y filias a los aspirantes; no por trayectoria, ni talento. Sería muy pertinente saber cuales fueron las discusiones dentro de la Junta de Coordinación Política del Congreso y las razones del denominado “atorón” en el acuerdo.
2. El aplazamiento en la designación del nuevo Consejo General del IFE condena a los aspirantes que cumplieron en tiempo y forma con los requisitos exigidos por el Congreso, a una larga espera.
3. Con la lista de personas que, valientemente, se registraron, ya mutilada y esquilada, los partidos políticos tradicionales nos dieron una oscura lección. Se encerraron a tratar de imponerse sus candidaturas a modo y se olvidaron del interés superior y nacional.
4. El mensaje que se ha enviado a la sociedad es, en nuestra opinión, terrible: Queremos decidir todo y no sabemos ceder, negociar y pensar en el colectivo. Son los políticos de siempre haciendo trabajos no para la ciudadanía, sino para los intereses de sus propios partidos, grupos y líderes.
5. Manifestamos nuestro profundo desacuerdo con esta visión de la política. Por eso creemos que se debió haber convocado, sin dilación alguna, a un período extraordinario que diera paso a un acuerdo que diera al IFE y a todos y cada uno de nosotros —la ciudadanía— la certeza de que tenemos un Legislativo responsable, íntegro y que no deja las cosas derruidas por costumbre o hábito.
6. Con esta decisión queda en evidencia un proceso que como no modificó de fondo el mecanismo para elegir a los consejeros electores, no privilegió la selección de los perfiles y tampoco permitió un respeto y un trato digno a quienes decidieron contender.
7. La clase política se ha desnudado frente a sí misma, dejando en evidencia su empeño en convertir decisiones importantes para el país en un reparto de cuotas y de vetos, cuyo resultado, una y otra vez, es la ineficiencia política. No hay acuerdos porque la política se ausentó y tomaron su lugar la mezquindad y la revancha.
Ojalá se hubiesen construido los consensos para esta designación, ojalá el mensaje que salga de este Consejo General no sea el mismo que se está dando en los terrenos donde los partidos políticos tenemos responsabilidad, ojalá que podamos tener en este espacio una señal de certeza y no más rispidez.
Alternativa Socialdemócrata lamenta profundamente el resultado de este proceso y sin embargo, a pesar de este mal augurio, estamos ciertos de que el IFE seguirá de pie y que en la eventual elección del consejero Andrés Albo se tendrá una dirección que dará certeza por el tiempo que le sea conferido.
Alternativa Socialdemócrata le seguirá apostando a un IFE fuerte, autónomo, que no sea rehén de intereses de los partidos políticos ni de los poderes fácticos.